Sostenibilidad para la inclusión
- Verushka Villavicencio Vinces

- 27 oct
- 3 Min. de lectura
El gran desafío para el país es integrar las políticas de protección con las de empleabilidad y emprendimiento. De esta forma, se puede dar sostenibilidad al desarrollo humano que no deje a ninguna población atrás.

Las cifras lo demuestran. La pobreza se redujó en el Perú, pero la informalidad laboral alcanza el 70% y la consecuencia es que los trabajadores reciben beneficios por el tipo de trabajo que realizan, pero no por el tipo de necesidades que presentan. Esta dinámica controvertida premia la informalidad laboral que no registra pagos por pensiones y se suma al incremento de la esperanza de vida. Es decir, tenemos más personas que llegan a ser adultos mayores que no cuentan con políticas para su protección. El escenario a futuro decantaría en la gran cantidad de personas adultas mayores, que viven más tiempo y que no cuentan con un seguro de salud ni pensión. Esta situación fue expuesta por Pablo Ibarrarán, Jefe de la División Social y Salud del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en la XIII Semana de la Inclusión Social lanzada por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
Una alternativa frente a los datos generados por la evidencia es lo que Ibarrarán propone como un modelo de desarrollo en el cual participan 13 países de la región incluido el Perú. Este modelo trabaja con 7 componentes para el abordaje del cierre de brechas enfocado en la atención a la primera infancia y en los adultos mayores. La conexión entre ambos grupos es clave para la sostenibilidad de un modelo de desarrollo humano que genere oportunidades en el curso de vida.
A esta propuesta podría sumarse los resultados que acaba de publicar el Pacto Global de las Naciones Unidas que impulsa a las empresas a comprometerse desde hace 25 años, con la sostenibilidad como estrategia empresarial que atrae inversiones e influye en la reputación de una organización frente a los grupos de interés. Acaban de presentar un documento denominado “Consulta Empresarial de Sostenibilidad en el Perú”, en alianza con el Sistema de Naciones Unidas, 19 gremios y cámaras de comercio que logró la participación de 236 empresas (grandes, medianas y pequeñas) de 33 sectores cubriendo el 71% del territorio nacional.
Los hallazgos de esta primera “Consulta Empresarial de Sostenibilidad en el Perú” revelan que, aunque el 87% de empresas afirman contar con estrategias y planes de sostenibilidad, sólo el 59% asigna presupuesto y apenas el 44% mide resultados. Lo más grave es que sólo en el 23% de las empresas, las altas gerencias lideran los esfuerzos de sostenibilidad. En este escenario, se reconoce entre las principales políticas adoptadas a las vinculadas con la integridad y anticorrupción (50%), sostenibilidad (47%) y no discriminación o diversidad, equidad e inclusión (45%).
En esta consulta se encuentra que el 91% de las empresas contribuyen al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero para el ODS 1 (Reducción de la pobreza) y ODS 2 (Hambre cero) sólo aportan el 17%. Estos resultados representan un gran desafío para conectar a las empresas con los esfuerzos que realiza el Estado y la cooperación internacional.
Rita Sciarra líder de crecimiento inclusivo en el PNUD, América Latina y el Caribe enfatiza en su exposición en la XIII Semana de la Inclusión Social, que el gran desafío para la inclusión es integrar la protección social con políticas de empleo en cuatro ejes del curso de vida: durante el embarazo, en la primera infancia, en la juventud y a los adultos mayores. Cada uno de estos ejes debería comprender un sistema de protección que se conecte con políticas de empleabilidad y emprendimiento que brinden prosperidad a las personas.
Este desafío no es imposible si tomamos en cuenta, de acuerdo a los resultados de la Consulta Empresarial de Sostenibilidad, que las áreas donde las empresas concentran sus esfuerzos son el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) con el 53%, seguido por el ODS 10 (Reducción de las desigualdades) con 44% y el ODS 4 (Educación de calidad) y el ODS 12 (Producción y consumo responsable) ambos con 39%. Es decir, Estado y empresa privada pueden innovar en la creación de programas y proyectos que se dirijan a cerrar estas brechas conectando la protección con el empleo.
Esta es la hora de impulsar la ruta de la agenda de desarrollo humano del país con el concurso de los actores claves: Estado, cooperación internacional, empresa y los ciudadanos. Sin sostenibilidad no habrá inclusión, entonces manos a la obra.




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