Omar Aliaga es un reconocido periodista y escritor trujillano, quien recientemente presentó su primera novela, “Los hombres que mataron la primavera”, un thriller que mezcla política, crimen, corrupción en la Ciudad de la Eterna Primavera.
Usted presentó su novela “Los hombres que mataron la primavera” en la Feria del Libro de San Borja. ¿Qué te inspiró a escribir este relato?
La verdad que me encontraba empezando a trabajar otra novela cuando prendió la mecha de “Los hombres que mataron la primavera”. En ese momento, hace tres años atrás, una fuente periodística me contó una versión off the record sobre la que sería la verdadera razón del surgimiento del escuadrón de la muerte en la policía en el año 2007. Dicha razón tenía que ver, supuestamente, con el robo de un botín millonario en la casa de un ministro en Trujillo, un ministro del segundo gobierno de Alan García.
La novela trata temas como el crimen y la corrupción. ¿Cree que esas son características intrínsecas del ser humano?
No sé si son características innatas del ser humano, pero sí que son propias del poder y de una sociedad que corre detrás del dinero todo el tiempo. En Perú, la corrupción sí está instalada en todas las clases sociales, que es lo dramático. Y el crimen está ligado a la corrupción, vive y crece gracias a ella.
¿Diría que “Los hombres que mataron la primavera” es una novela policial o una novela de suspenso?
Prefiero pensar que se trata de una novela de suspenso. No soy, sinceramente, un lector asiduo de novelas policiales en particular. Es cierto que el crimen ronda toda mi novela, pero también están presentes los asuntos de la política, el poder y los dramas de la sociedad.
¿Las novelas de suspenso o policiales implican una visión pesimista de la realidad?
Quizás es, más que nada, una visión realista de la sociedad, donde hay villanos, pero también héroes. Pero esos villanos pueden ser en algún momento héroes, y los héroes pueden llegar a ser también villanos.
¿Cómo explicaría el impacto que tuvo su carrera como periodista en su labor como escritor?
Estoy convencido de que esta novela no la hubiese podido escribir sin mi experiencia como periodista. Ha sido vital para poder confeccionar personajes tan distintos como un ministro de Estado, un oficial de la policía, un hampón, sicarios, prostitutas, abogados y periodistas. Algunos críticos han destacado la polifonía de la novela, las distintas voces que narran las historias de manera coral y con diálogos superpuestos. Eso se debe, creo yo, en gran medida, a mi experiencia como periodista. Y, desde luego, ser periodista te acerca a muchas historias, y varias de ellas no ven la luz.
¿El periodismo tiene suficiente libertad para hacer las denuncias que corresponden? ¿O es la literatura una mejor plataforma?
En el Perú, con toda la crisis que vivimos y pese a la situación del periodismo que siempre está bajo la lupa, creo que existe libertad por lo menos para publicar aquello que moleste al poder. Desde distintas líneas y enfoques, por lo menos eso no ha dejado de ser posible. Lo hemos visto recientemente y lo seguimos viendo. Lo que pasa es que hay muchas más historias que no siempre pueden ser cubiertas, por distintos factores, entre ellos la imposibilidad de demostrarlo todo. Pienso que esas historias que a veces son difíciles de verificar y comprobar, sin embargo son terreno fértil para la novela. En “Los hombres que mataron la primavera” se dio eso justamente.
Usted participó del homenaje a Eduardo González Viaña en la Feria del Libro de San Borja. ¿Qué influencia ha tenido este emblemático escritor en usted?
Bueno, Eduardo González Viaña es como un hermano mayor en las letras liberteñas. Para mí ha sido una experiencia maravillosa acompañarlo en su homenaje y dedicarle algunas palabras. El primer premio literario que gané, en el género cuento, llevaba su nombre. Eso fue en los Juegos Florales de la Universidad Nacional de Trujillo, donde estudié y donde estudió, también, González Viaña. Entonces, imagínate.
¿Qué proyectos o planes futuros tienes en mente como periodista y escritor?
He retomado justamente la novela que dejé de lado para ponerme a escribir “Los hombres que mataron la primavera”. Es una novela que tiene como tema disparador la histórica elección de 2006 en Trujillo, cuando César Acuña derrotó al Apra, cuando este partido tradicional perdió su histórico bastión. Será, posiblemente, un thriller político y policial. Pero más político que policial.
Comments