En todo el mundo se entrenan a los canes para identificar personas que se encuentren enterradas debido a sismos o derrumbes de lodo; para acompañar a niños con discapacidad cognitiva en sus aprendizajes; para mejorar la condición de desamparo de adultos mayores albergados; para convertirse en los ojos y oídos de personas ciegas; es decir, para donar sus habilidades sociales a fin de conseguir el máximo grado de bienestar para las personas, pero, sobre todo, para aquellas que más lo necesitan.
Las Intervenciones con Animales tienen como origen el trabajo del psiquiatra Boris Levinson, quien en 1953 incorporó a su perro Jingles en las sesiones desarrolladas para niños con trastornos del comportamiento, déficit de atención y problemas de comunicación, dando vida a las bases para el trabajo de las Terapias Asistidas con Animales.
Con el paso de los años, los canes han sido adiestrados para atender diversas situaciones en las que su complexión física y sus habilidades sociales conectan con la resolución del problema.
En el terremoto de enero último de 7.5 grados que sacudió Japón, un perro encontró y rescató a una anciana atrapada en una casa que quedó destruida, según el reporte del Ministerio de Defensa nipón. El informe fue que perecieron 84 personas. Ese can salvó una vida y marcó la diferencia para toda una familia.
En Perú, en enero de este año, se presentaron ante los medios de comunicación los cachorros Atenea, Boki y Kia, quienes dentro de dos años acompañarán al labrador Owen, para detectar a víctimas debajo de los escombros producidos por sismos o catástrofes. Son parte del equipo de canes de rescate del Departamento de Adiestramiento Canino de la Fuerza Aérea del Perú, en la base Las Palmas ubicada en Chorrillos.
El técnico supervisor Ricardo Aranguren, militar a cargo de las brigadas de rescate explicó que los canes trabajan en equipos de 5 ó 6 personas. "Tienen la autonomía total para buscar en cualquier tipo de terreno, discriminando todos los olores: personas, basura, comida, otros animales, sonidos, todo lo que sea con el fin de buscar víctimas", señaló Aranguren.
En menos de dos años se unirán a Owen otros seis cachorros labradores de la misma camada. Son hijos de perros buscadores y por esta razón, sus entrenadores esperan que genéticamente hayan heredado los rasgos de sus progenitores. Cada cachorro está a cargo de un joven de 18 años que cumple el servicio militar voluntario, siendo responsables de su entrenamiento y el desarrollo de sus habilidades sociales. Esa conexión incentiva en los canes como en los entrenadores, la agenda común de trabajo y afecto. Ambos aprenden y desarrollan sus potencialidades. El can para salvar vidas y los entrenadores para ser empáticos con el dolor de otras personas.
Los canes son una estrategia para la atención oportuna en la gestión de riesgos y desastres. Esta debería ser una estrategia territorial con presupuesto suficiente que debería estar a disposición de todo el sistema nacional de atención en caso de sismos o desastres.
Llega agosto con una agenda que parece se agudiza año a año vinculada a los sismos como el terremoto de Pisco en el 2007 que con 7.9 grados asoló la población cuyos daños aún son visibles. Es hora que las autoridades prioricen la agenda que le interesa a los ciudadanos antes que llegue la siguiente catástrofe.
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