20/03/2022 - ContraPoder (Diario Expreso)
Las últimas dos semanas han sido muy agitadas, pero, a pesar de todo el movimiento, considero positivo el resultado. Cada vez el panorama está más claro y permite que juzguemos la coyuntura con mayor precisión y exactitud. Un gran ejemplo es la indignación selectiva de la izquierda, que no ha protestado hasta ahora contra el gobierno criminal, pero que sale muy indignada cuando indultan al ex presidente Alberto Fujimori.
Si bien es justo que se haya liberado a Fujimori, el tiempo puede ser desventajoso. Hasta el día anterior al indulto, se respiraba cierto aire de tranquilidad y hasta parecía que se había logrado cierta cohesión en el parlamento. ¿Qué fue lo que los unió a (casi) todos? La defensa de la vida de los peruanos que están aquí y los que están por nacer. La grieta empezó a profundizarse cuando el ministro de Salud terminó sus respuestas luego del debate de interpelación, con un rotundo: "Defiendo la vida", luego de reconocer la gestión del ex ministro Alejandro Aguinaga y sus aportes al sistema de salud peruano.
La pesadilla del sector caviar no acabaría ahí, ya que lo que terminó de desatar su ira fue la unión de las bancadas oficialistas y de oposición en defensa de la vida inocente, votando en masa por la conmemoración del Día del Niño por Nacer. Al día siguiente, se liberó a Alberto Fujimori y esa generación de cristal, bicentenaria, posera y multicolor, qué no representa ni el 2% de la población nacional, salió a protestar junto a miembros del ML-19 y del Jotacé contra esta decisión.
Eso sí nos puede dar un claro panorama de lo que está pasando. Dejemos de centrar la atención en las cosas que nos dividen y empecemos a pensar que quizás el enemigo no es peruano. Con la presencia de estos grupos de izquierda radical, sumada al Movimiento Al Socialismo (MAS) de Bolivia y Perú el día que se iba a plantear la cuestión de confianza, se evidenció las intenciones de la facción indigenista y neomarxista del Foro de São Paulo, articulada en el Plan Zamora, liderado por el miembro de la DI cubana (ex G2), el "Gallo" Zamora, quién es hoy embajador de Cuba.
Nada de esto es coincidencia, ellos necesitan polarización para que siempre se respire violencia en las calles de Lima y darle un distractor a la ciudadanía. Mientras tanto, concentran sus fuerzas en el adoctrinamiento de peruanos en las zonas más vulnerables. Por ejemplo, se está construyendo en el kilómetro 17 de Campoverde, en Coronel Portillo, Ucayali, un colegio "Peruano-Cubano".
Tenemos que volver a enfocarnos en lo importante: la defensa de la vida desde la concepción, la libertad de enseñanza, la reactivación económica y acabar con la delincuencia en los máximos entes gubernamentales. Los peruanos no reparan realmente en quiénes cometen los actos de corrupción, sino solo quieren que dejen de servirse del Estado y empiecen a servir a la gente. El Perú merece mucho más que una organización criminal en el Ejecutivo, que pone primero una agenda extranjera que socava la virtud de la sociedad para anteponer la hegemonía de pensamiento. Es momento de pensar frío y trabajar por el Perú en vez de concentrarnos en pelear mientras los peces gordos nos ven, riendo, desde fuera.
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