En un país donde la inflación avanza desenfrenadamente y los alimentos esenciales se vuelven un lujo, nuestra presidenta, Dina Boluarte, nos deleita con su destreza en la cocina al afirmar: "Con tan solo 10 soles podremos preparar una sopa, un plato principal e incluso un postre". Es reconfortante pensar que con el billete más pequeño se puede solucionar la economía familiar. Lastimosamente la realidad desmiente el mito.

Mientras tanto, las amas de casa, quienes carecen de la varita mágica presidencial que permite hacer tanto con tan poco, se enfrentan a una realidad bastante dura y agobiante. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la inflación en alimentos y bebidas alcanzó un incremento acumulado del 8.3% en lo que va del año, especialmente en productos esenciales como aceite, arroz y pollo. El kilo de pollo en Lima Metropolitana sobrepasa los 12 soles y el litro de aceite los 10 soles, haciendo de una misión imposible cumplir con el menú completo de “10 solcitos" presidenciales.
Por otro lado, dirigentes de diversas ollas comunes, grupos que mayoritariamente se fundaron a raíz de la pandemia como símbolo de la lucha de miles de familias para sobrevivir ante la falta de trabajo y dinero, funcionan con un presupuesto promedio de S/ 1.69 soles por porción. Es decir, tienen que alimentar a una persona con menos de dos soles. Esto lo informó la Red de Ollas Comunes de Lima hace unos días. Seguidamente las líderes de estas organizaciones calificaron las declaraciones de Boluarte como "una burla", señalando que apenas logran dar alimentos básicos a niños y ancianos.
Los 10 soles contra la canasta básica
Todos coincidimos en que salario mínimo actual en Perú, de S/1,025, es más que insuficiente para cubrir la canasta básica familiar, dado que en octubre del 2024 la Cámara de Comercio de Lima (CCL) estimó su costo en S/1,600 mensuales. Este déficit de casi S/600 es una amenaza y sentencia a miles de hogares para endeudarse en caso deseen “alimentarse bien” o caso contrario, a reducir sus consumos esenciales. Entonces nos preguntamos todos: ¿Cómo una madre puede "hacer magia" cuando es probable que la mitad de sus ingresos se destina solo a alimentos básicos?
Desde el lado social, representantes como Rodrigo Parra, vocero de la organización Hacer Perú, subrayaron que cerca de 4 millones de peruanos padecen inseguridad alimentaria, según un reciente informe del Programa Mundial de Alimentos. "Las declaraciones de la presidenta son una bofetada a quienes pasan hambre", indicó.
Las declaraciones de Boluarte son desconectadas de la realidad. El Perú atraviesa una crisis alimentaria hace años y los avances son mínimos. Sus declaraciones no solo desinforman, sino que evidencian una falta de empatía hacia las familias que “no llegan a fin de mes”.
Es reconfortante saber que, mientras la población lucha por estirar cada solcito, nuestras autoridades viven en un universo paralelo donde la inflación es un mito y la economía familiar se maneja con trucos de magia.
Tal vez sea momento de invitar a la presidenta a una olla común en San Juan de Lurigancho o Villa El Salvador, para que nos demuestre cómo se prepara un festín con tan solo 10 soles. O mejor aún, que intente llenar un carrito de mercado en cualquier mercado popular de Lima sin recurrir al comodín de sus asesores.
El Perú no necesita recetas mágicas ni palabras vacías. Lo que exige son políticas reales que combatan la inflación, fortalezcan los programas sociales y garanticen una economía justa para todos. Hasta entonces, las familias seguirán enfrentando una dura realidad, mientras las frases presidenciales se desvanecen en el aire como un mal chiste.
Komentarze