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  • Foto del escritorAldo A. Lorenzzi Bolaños

Diálogos por la Región (Perú): Entrevista a Román Cendoya Martínez (España)

En esta oportunidad conversamos con el periodista y analista político Román Cendoya Martínez, quien nos dio una lectura sobre la coyuntura actual latinoamericana, sobre cómo ve el año 2023, sobre los partidos políticos en Perú e Iberoamérica, entre otros temas.



¿Cuál es su lectura sobre la situación actual de los países de Latinoamérica en su configuración política?


Latinoamérica sufre un peligroso retroceso democrático, propiciado por la degeneración política, liderado por una izquierda supranacional que está implantando un modelo Bolivariano de ocupación del poder con vocación de permanencia, a través de la modificación de las Constituciones. Un modelo populista que —a través de la utilización de “palabras bonitas”— destruye la democracia real y la separación de poderes.


¿Brasil es más influyente políticamente con Lula que lo que fue con Bolsonaro? ¿Esta podría ser la recomposición del Grupo de Puebla tras el fracaso de la Constituyente en Chile y lo que pasó en Perú con Pedro Castillo, a pesar de que aún los gobiernos tienen esta tendencia de izquierda?


Brasil es el epicentro de la izquierdización de todo el cono sur. Es el cúlmen del proceso. Es una operación diseñada hace años que incluye el blanqueo global de Lula da Silva —probablemente el mayor corrupto y corrompedor de LATAM con Odebrecht en el caso multinacional Lavajato—. “San Lula” es parte fundamental de la operación que afecta a todos los países, siguiendo la ingenieria de poder, diseñada por el Grupo de Puebla y el Foro Sao Paulo.


No se trata de un modelo de izquierda política, se trata de una serie de “líderes caviares” que han creado un consorcio de poder, una realidad transnacional, soportada por un discurso político populista retrogrado —plurinacionalidad, indigenismo, pueblos originarios, falsa sostenibilidad, usurpación de recursos …— con el fin de encubrir con presunta ideología, una corrupción narco-política que explota el continente, como una realidad única para el enriquecimiento personal de una “casta” a costa de la pobreza generalizada de la sociedad.


Conquistan el poder mediante una metodología que incluye, si son necesarios, “los pucherazos electorales” y una vez conquistado no lo sueltan. Si el plan directo no funciona —Chile o Perú— mutan y se transforma hasta que instalan el módelo de éxito que es para ellos Venezuela. Siempre parte de las Asambleas Constituyentes.


¿Cuál podría ser su definición de lo que se llama “Derecha” en Iberoamérica y cuál cree usted que fue la causa que perdió el paso y su presencia políticamente en todos los países de esta región?


La “derecha en iberoámerica” es una realidad “social confusa”, orgánicamente fragmentada, que ha demostrado que reduce las tasas de pobreza y crea clases médias —frágiles por su novedad —.


La derecha ha perdido el paso y su presencia política en todos los países de la región, porque en el proceso de globalización, no han sabido gestionar y canalizar la “frustación de las expectativas” que la crisis global ha provocado en las clases medias de la sociedad.


Unas sociedades que gracias a las “viejas derechas”, que les trajeron el desarrollo economico y social, han perdido el poder porque los hijos de ese desarrollo, en las crisis globales, han optado por “ser progresistas” y romper con el modelo de sus padres que les trajo la posición que tienen. La “frustración de las expectativas” y un complejo social de origen está llevando a clases urbanas a abrazar un discurso útopica que les sumerje en el retroceso, la crisis y la pobreza.


Las viejas estructuras de los grandes partidos —de izquierda y derecha— han desaparecido. La derecha se ha quedado presa de los tradicionales atributos descalificantes de la vieja derecha. Algo que a la fracasadísima izquierda no le ha pasado y ha conseguido despojarse de ellos.


La “derecha” no ha sabido crear una estructura supranacional —como tiene la izquierda— porque no entiende la transformación de la realidad globalizada y no sabe empatizar y contrarestar el discurso demagógico y reaccionario de una “izquierda caviar” organizada—mucho más de derecha, corrupta y totalitaria, que la derecha real—.


¿Existe una batalla cultural actualmente en el mundo? ¿Cómo considera que se está dando?


Derecha e izquierda son dos conceptos antiguos que siguen en vigor porque al neoMarxismo le sirven para dividir y romper la sociedad.


La izquierda es hoy una realidad discursiva de éxito con un demostrado fracaso político, economico y social. El 9 de Noviembre de 1989 se escenificó su quiebra y ruina total con el derribo del “muro de Berlín” por las ansias de libertad y futuro de cientos de millones de europeos que sufrieron durante 70 años el Comunismo. El muro no se cayó. El muro fue derribado.


La izquierda, lejos de desaparecer y pedir perdón por el daño causado, se reinventó en un NeoMarxismo que es un instrumento de conquista del poder sobre una serie de conceptos y realidades que cuando conquistan el poder ni se dan, ni existen.


El NeoMarxismo —igualdad, sostenibilidad, LGTBQI+, indigenismo, multiculturalidad, democrático …— se resume en una autolegitimidad ética que considera que “todo lo bueno es de izquierda y todo lo malo es de derechas”. Una posición fluida —pura demagogia coyuntural— que ha dividido el mundo entre “progresistas” y “ultras” o “fascistas”. En esta polarización no hay espacio para la centralidad y el término medio.


La izquierda es además capitalista extrema —China o la riqueza de los dirigentes Venezolanos, Cubanos…— pero con modelos de control comunistas no democráticos.


“La derecha” no está sabiendo articular un modelo alternativo porque no ha tenido su “muro de Berlín”. La derecha es el modelo que genera riqueza y bienestar. La izquierda supuestamente es la ideología del reparto y bienestar. Toda una demagogia que no sabe más que generar pobreza a través de la cutura del reparto y la subvención, que somete a grandes colectivos.


¿Cuál es el rol actual de instituciones democráticas en medio de una desconfianza generalizada por parte de la población, instituciones como el Poder Legislativo, por ejemplo?


Las instituciones democráticas republicanas, fuertes y sólidas, que garanticen la separación de poderes son imprescindibles para la democracia. Son el mayor enemigo de la izquierda que necesita ocuparlas todas —eliminar la separación de poderes— para perepetuarse en el poder.


El descrédito de las instituciones es parte del modelo de conquista del poder de la izquierda. Vizcarra contribuyó al desmontaje del Poder Legislativo prohibiendo la reelección de los Congresistas. Hacer política y ser político no es fácil. Eliminar la reelección abría las puertas a un Congreso debilitado, lleno de inexpertos congresisitas a los que la élite caviar —presuntamente intelectual— esperaban manejar y dirigir diciéndoles qué y cómo hacer.


Es decir, que les llevaban directamente a una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución, el Régimen democrático y el sistema económico.


El problema es que a eso Congresistas les ha gustado el puesto, no se quieren ir y no saben cumplir con el papel democrático que les corresponde. No saben que no se representan a ellos, sino que deben representar la voluntad del pueblo. No saben que una vez elegidos por su partido, al tomar posesión del escaño pasan a ser representantes de todos los ciudadanos. Los que le han votado y los que no.


Que no hacen su papel queda demostrado por tener la acpetación social más baja de la historia.


¿Cómo ve el Perú a partir de 07 de diciembre del 2022?


Por un lado con el orgullo de saber que tiene una Constitución tan fuerte que es capaz de parar el Golpe de Estado que dio Pedro Castillo y que demostró que las FF.AA, la Policia, el Tribunal Constitucional, la Fiscalia y por supuesto la sociedad tienen la institucionalidad necesaria para parar el golpe que dio el gobierno comunista de Castillo.


Por otro lado con enorme preocupación por la actitud de la propia izquierda internacional que con Castillo, un torpe mequetrefe, tenían su plan. Hemos podido comprobar como la izquierda, por el poder, sale en defensa de un personaje como Pedro Castillo —corrupto, ladrón, golpista y vulgar delincuente— tergiversando la realidad y justificando lo injustificable.


La actitud de los dirigentes de México, Colombia, Bolivia y Argentina, o el propio PODEMOS de España, amparando al golpista convierten a la izquierda latinoamericana en una organización criminal internacional golpista, delictiva, corrupta y narco. Recordemos que Gustavo Petro fue miembro de las FARC —narco Terrorismo— lo mismo que hoy es Sendero Luminoso y el MOVADEF y todas las siglas que forman la realidad política de Pedro Castillo.


La izquierda es capaz desde Bolivia, con apoyos incrustados en el gobierno de Cuba y Venezuela, de organizar una guerra civil en el Sur del país, que además empieza a ser una guerra — oficialmente no declarada— con Bolivia. Mantiene el objetivo de seguir con su plan de cambiar la Constitución para establecer el modelo político de laizquierda o romper el Perú, en dos partes, para que el sur se “independice” y así en el Sur se quedan con todo el cultivo de la coca y la amapola —sin nigún control y freno— además de conseguir Bolivia su salida al mar a través de la presunta “gran nación aymara”. Una situación que, de poder suceder , podría terminar con la actuación del Ejercito o la Marina para salvaguardar la unidad de la patria. Con lo que ello supondría.


El mantenimiento de la guerra civil en el sur del Peru —hay días con más muertos que en la invasión de Ucrania— son responsabilidad política de Pedro Castillo y la camarilla de políticos —comunistas, narcos …— que le respaldan y apoyan. El Gobierno de Dina Boluarte está siendo un proyecto fallido porque la presidenta no deja de ser políticamente “de ellos”. Nunca va ha aplacar al comunismo indigenista irredento del golpista corrupto Pedro Castillo —o sea, Cerron, Chaves, Boluarte, Bellido…— a los que sólo les sirve la disolución del Congreso y la instauración de una Asamblea Constituyente. Los objetivos del golpe de Estado, que como fracasron en los despachos, lo quieren imponer a sangre y violencia en las calles.


Dina Boluarte, lamentablemente, no está sabiendo ser una presidenta capaz de hacel la política que necesita el país. Una política de gestión similar a la del gobierno de transición de Paniagua. No sabe que debe gobernar con los que le apoyaron en el Congreso y dejar la violencia y la inserrucción para las Fuerzas de Seguridad y la justicia.


El grupo de Puebla parece que aún pretende crear bloques socialistas para sus fines, ¿podrá lograrlo? ¿Cuál sería la receta para combatirla?


Ya lo he dicho tienen un modelo y no van a parar. El modelo Bolivariano —cubano venezolano— lo llevan por lo civil o lo violento en todos los países que les dejan. Ahora han conseguido Brasil cuyo asalto popular a los tres poderes va ha permitir eliminar garantías democraticas. La persecución contra el opositor y el disidente sobre presunciones es profundamente antidemocrático. Nombrar a un responsable de inteligencia y seguridad nacional —sin conocimiento alguno en la materia— cuyo mérito es sus estrechas relaciones con la familia Castro y los dirigentes cubanos es un indicador de por dónde van a ir las cosas en Brasil. Parece imposible que Brasil pueda degenerar tanto. Lo mismo pensabamos de Venezuela hace veinte años.


No tienen pudor en su aplicación. Es más que preocupante la detención en Bolivia del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, líder de la oposición al gobierno de Luis Arce.


La lucha contra el modelo de Puebla es la firmeza política republicana de la derecha. Una defensa orgullosa de los principios y modelos. La fortaleza constitucional de la institucionalidad sin complejos. La batalla cultural y la reivindicación de los resultados económicos en la vertebración de la sociedad y en la desaparición de la brecha de pobreza.


¿Estamos presenciando el inicio de la caída del famoso socialismo del siglo XXI o es muy prematuro por algunos hechos ocurridos en los últimos tiempos?


Es obvio que pienso que no. Lo que veo es que están dando un paso al frente en la implantación utilizando organizaciones internacionales como la OEA y los medios de comunicación cuya información es pura manipulación y demagogia —qué pena de periodismo— porque tienen prisa por ocupar el poder y controlar la sociedad.


Además, se articulan movimientos complejos de ingeniería social entre globalistas hipercapitalistas, como Soros o Gates, con partidos y movimientos de izquierda social comunista. Ejemplo, la persecución a la ganadería y la proteina de origen animal, con presuntos beneficios medioambientales y de salud, para implantar la proteina artificial que los hipermillonarios están creando.


¿Qué opinión le merece la elección de Giorgia Meloni en Italia?


Dentro de la singular política Italiana se ha consumado una realidad que ya anunciaban las encuestas. Ella en el poder está siendo mucho más moderada que en su discurso. Para sorpresa de muchos y para desgracia de otros.


La respuesta al globalismo —inevitable e imparable— que está implantándose en el mundo por la transformación del mundo de analógico a digital no es el regreso al nacionalismo ni al soberanismo autárquico de las naciones.


Italia necesita a la UE, como la UE necesita a Italia y a todos los paises miembros para afrontar el nuevo orden mundial. El fracaso para Inglaterra del Brexit es una realidad.


¿Qué cree que pasará en el mundo este 2023?


Va a ser un año de grandes convulsiones sociales y grandes dificultades. Es más que probable que veamos más conflictos bélicos que la invasión de Rusia a Ucrania. Asia es un polvorin economico, político y social que puede provocar conflictos bélicos de gran repercusión mundial. China y Taiwan. Pakistan se puede dividir en cuatro naciones.


En el medio Oriente el conflicto entre Chiitas y Sunies —Iran contra Arabia Saudi, Emiratos y Egipto con Israel detrás— puede cambiar el mapa energético mundial.


La recesión economica de las grandes potencias —EE.UU, Unio Europea y China— va a tener enormes consecuencias en las demás economías del mundo.


Como analista político y periodista 2023 va a ser un año fascinante. Como ciudadano del mundo va a ser una año muy dificil que me produce enorme preocupación.



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