top of page

Recuperar Palestina: la oportunidad que tiene Israel

Foto del escritor: Piero GayozzoPiero Gayozzo

Esta semana Israel ha lanzado ataques aéreos y ha aproximado sus tanques a las afueras a Rafah, ciudad ubicada dentro de la Franja de Gaza y último bastión del grupo terrorista Hamás. Esta acción aleja por completo los intentos de Hamás por pactar un alto al fuego y coloca en jaque a los líderes terroristas, a la vez que sitúa en peligro a los miles de civiles que viven en dicha ciudad cercana a la frontera con Egipto. 



El conflicto entre Israel y Palestina se remonta a varias décadas atrás. La incursión de octubre realizada por los terroristas de Hamás no es la primera acción que desangra la región, aunque sí una de las más atrevidas del movimiento fundamentalista islámico. Varias guerras se han organizado como consecuencia de la presencia israelí en el territorio palestino y múltiples incursiones militares defensivas han sido emprendidas por Israel a propósito de las acciones de Hamás y otras organizaciones como Hezbollah. 


El último desencadenador ocurrió el 7 de octubre del 2023 fecha en que Hamás realizó un atentado múltiple sin precedentes contra la ciudadanía israelí. Empleando diversos vehículos las tropas terroristas ingresaron por mar, tierra y aire para asesinar a cualquiera que estuviera al alcance de sus armas. Hamás no tuvo otro objetivo más que aniquilar y secuestrar, provocar a las fuerzas israelíes, desatar su furia y luego esconderse tras la población civil por la que dice luchar. El filósofo experto en ética, Jeff McMahan condenó las acciones de Hamás y afirmó que el pueblo palestino debió optar por una resistencia éticamente justificable, como la resistencia pacífica al estilo gandhiano; sin embargo, prefirió optar por la violencia. Naturalmente la respuesta del gobierno israelí no se hizo esperar y aunque se justifica el derecho de Israel a reaccionar, éticamente se puede cuestionar si la guerra era la mejor respuesta y si la proporcionalidad con que ha arremetido puede sustentarse o no. Al margen de cuál debió ser el rol de ambas partes, debemos aceptar que la guerra es un hecho y, por ello, debemos procurar ver a futuro. ¿Cuál podría ser una posible solución al conflicto? ¿Son los dos Estados una solución? ¿o es acaso que desatado el conflicto uno de los bandos debe ser completamente eliminado? 


Debemos tomar en cuenta que Hamás es un fenómeno que combina la resistencia de la población árabe con profundos anhelos de venganza y destrucción guiadas por una mezcla de nacionalismo y fundamentalismo religioso. La presencia del pueblo israelí en el territorio puede ser debatido históricamente, pero esto no debe opacar el hecho de que Israel existe como Estado y ha echado raíces en un área en la que los judíos también tuvieron presencia histórica por siglos. Hamás, entonces, es una respuesta ante lo que un sector considera es una invasión y, por la forma violenta en que se ha desenvuelto (contradictoriamente las guerras fueron provocadas por aliados de Palestina) como una ocupación. Esta visión revanchista y fanática es la que impera en el territorio palestino, una visión que coexiste con la mentalidad feudal propia de la cultura islámica. 


En Israel no solo existen aquellos deseos nacionalistas y religiosos radicales, sino que, a diferencia de Palestina donde el discurso predominante es el de Hamás, también existen quienes poseen un enfoque secular y occidental. Grupos contrarios al gobierno de Netanyahu tienen presencia en el Kneset y, por lo tanto, parte de las decisiones que se tomen dependen también de ellos. A propósito de la magnitud y los efectos de la intervención militar en la franja de Gaza, las autoridades israelíes que creen firmemente en los principios de la civilización occidental tienen el deber de hacer lo posible por Recuperar Palestina. Entendamos por Recuperación el salvar a la población de la influencia de Hamás y hacer lo posible porque vivan de forma pacífica y occidental. Recuperar Palestina significa recuperar no solo la vida de los habitantes, sino también sus mentes de aquel fundamentalismo islámico y estilo de vida que afecta a las mujeres, a los niños y condena a todos al atraso. 


Las acciones necesarias para la Recuperación de Palestina requieren de un control total de la Franja de Gaza. Ahora que el Ejército israelí ha ingresado a Gaza debe tomar control y posesión de todo el territorio para identificar y eliminar a los miembros de Hamás. Rafah, entonces, se vuelve un objetivo de control necesario. Luego, Israel debe iniciar un proceso de control que garantice la seguridad de los habitantes y fomente buenas condiciones de vida. Para ello es importantísima la colaboración internacional y la vigilancia de las. Naturalmente, la educación e integración de los palestinos a la vida occidental, secular y civilizada es necesaria. No puede haber una Recuperación de la Franja de Gaza solo con un resguardo militar y una buena vida, sino a través del destierro de la cultura feudal que invade a Palestina y al mundo árabe hoy en día. Israel debe hacer lo posible por promover los valores occidentales en Gaza y en toda la región. Solo así salvará a los millones de vida que viven bajo el velo del fanatismo islámico. 


Entre tanta oscuridad, pensamiento medieval y actitudes fanáticas de los países colindantes a Israel, el gobierno israelí tiene el deber de proveer aquella luz de esperanza y racionalidad. Solo mediante una acción civilizatoria, de Recuperación de Palestina el conflicto que por décadas se ha llevado a cabo podría tener una posibilidad de diálogo. Mientras el fanatismo islámico siga presente, aquel diálogo no será posible y la venganza conducirá una espiral interminable de enfrentamientos y muertes innecesarias. Estados Unidos tuvo una oportunidad similar al ocupar Afganistán por casi dos décadas. Lamentablemente sus acciones se restringieron a incursiones antiterroristas y de seguridad, pero no sentaron las bases para civilizar y occidentalizar a los millones de personas bajo su influencia. Al final, las tropas americanas abandonaron Afganistán y dejaron a sus aliados a merced de los talibanes, un grupo de fanáticos y medievalistas islámicos que hoy gobiernan un vasto territorio que se suma al eje dirigido por Rusia. 


En el caso de Palestina e Israel, la guerra no acabará si no se logra una comunicación entre iguales y, aunque muchos no quieran aceptarlo, los islámicos siguen viviendo en una época feudal donde la victoria se logra mediante la fuerza. Entre vivir en una sociedad con mentalidad occidental o en una sociedad medieval como la islámica, la primera resulta de lejos mucho más deseable. Esto porque existen culturas mejores que otras y la cultura islámica es, por lejos, inferior con respecto a la cultura occidental, secular e ilustrada. Por esto, recuperar Palestina y a sus habitantes mediante un proceso de occidentalización es de suma importancia. 


תגובות


bottom of page