Más allá de la existencia. Cuentos de terror y fantásticos (2023) es el más reciente libro del prolífico escritor peruano Francisco León (Lima, 1975). Se trata de una obra compuesta de trece cuentos –no es casual el número esotérico–, pergeñados con base no solo en sus influencias más directas y entrañables (Borges, Lovecraft, Cortázar, etc.), sino teniendo como referencia la historia del Perú de las últimas siete décadas, de enormes –y dramáticos– cambios socioculturales (reforma agraria, surgimiento de nuevos actores sociales, violencia política, etc.).
León despliega una prosa trepidante y directa, con una cadencia que nos remite a sus dotes de poeta experimentado. Ya sabemos que, para muchos poetas curtidos, el tránsito a la narrativa es algo ponderado y natural.
La violencia atávica es un tema omnipresente en el libro, así como el pensamiento mítico-religioso, tributario de civilizaciones precolombinas con sus propias cosmovisiones y tradiciones culturales que han despertado la fascinación de estudiosos y legos alrededor del planeta. No obstante, el autor también bebe de tradiciones culturales y mitos lejanos. De alguna manera, se produce un diálogo intercultural y fecundo. Esto se puede explicar por la formación humanista y ligada a las ciencias sociales del autor.
Algunos de estos cuentos ya han sido publicados previamente, incluso en francés (verbigracia, “Jazzmen”). En “El dios”, publicado en dos ocasiones, se conjuga el terror místico con una exploración de las obsesiones.
“Más allá de la existencia”, cuento que le otorga nombre al libro, tiene sus orígenes en las inolvidables historias de las abuelas o los tíos. Un crescendo que fluye inmarcesible destaca por encima de todo. En “Wira” León recurre a distintos niveles del lenguaje y géneros, sobrepuestos con precisión. Mezcla la esfera de lo político con la fantasía. En “El color del que están hechos los sueños” asoma el tema de la reencarnación, o sea, el escape de la muerte. Está emparentado con el cuento que cierra el libro. “El Parque de las Brujas” es un homenaje al barrio y a la infancia, es decir, a la patria perdida. El terror suburbano se vuelve central en este cuento. “La llamada” trata sobre la culpa –ese arcaico pariente– y la forma como puede llevarnos a la destrucción. “El último combate” plantea la pregunta ¿cuándo dejamos de existir?, de lo que se desprenden cuestionamientos éticos y existenciales, más vigentes que nunca a raíz de la última pandemia del COVID-19. “Jazzmen” y “Surfari” comparten la letanía de vidas cinceladas por el fracaso. Por lo tanto, son odas tristes al desarraigo y a la desilusión. “Eidolon” es un irónico homenaje a Borges, pues se muestra cómo la imitación puede llegar a destruir al imitador. “Encuentra lo que buscas” es un relato experimental que presenta una mirada distinta de hablar sobre la migración y la violencia política de la década del 80, tema explorado hasta casi el hartazgo en la literatura peruana. “Marina día de playa” –como se dijo– plantea el tema de la reencarnación. Tal vez, los orígenes se retrotraen a las reminiscencias de una juventud turbulenta y en constante búsqueda del autor.
Si algunos sociólogos como Bauman y Bajoit señalan que nuestras sociedades posmodernas están transidas por océanos de desechos y desesperanza gris, un alivio que reconforta es un buen amigo, leal y valiente, para enfrentar estos tiempos adversos. Por consiguiente, un libro amigo, bien escrito y que nos interpele sin ambages, es reconfortante. Más allá de la existencia cumple, acertadamente, estas dos cualidades.
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