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Foto del escritorHarold Alva

La Libertad en Perú y América Latina: Entrevista con Luis Fernando Nunes

07/01/2024 - ContraPoder (Diario Expreso)


Luis Fernando Nunes Bertoldo radica en Lima desde principios del dos mil. Nació en Madeira (Portugal), sus padres llegaron a Venezuela cuando tenía un año. Venezolano, entonces por naturalización, es uno de los más lúcidos politólogos e internacionalistas. Ex director del Centro Carter, autor de Partidos políticos, gobernabilidad y democracia: presente y perspectivas, Director en Luis Nunes & Asociados, director académico de la Escuela de Formación Política Millennials para el Cambio (Fundación Konrad Adenauer) y profesor del Máster en Gobernabilidad de la Escuela Electoral y de Gobernabilidad del Jurado Nacional de Elecciones; miembro del Directorio de Democracia y Desarrollo, asociado de Consultores en Planificación (COPLAN) y miembro del Equipo Técnico de Ciudadanos al Día (CAD); férreo defensor de las ideas de libertad; dialogué con él. 



Harold Alva: Con dos guerras en pleno desarrollo, migraciones forzadas en varias partes del mundo, las insatisfacciones de una gran mayoría con los resultados palpables del sistema democrático (Latinobarómetro 2023), un incendio entre Guyana y Venezuela para desviar la atención sobre las próximas elecciones donde el régimen autoritario de Maduro insiste con inhabilitar a las candidaturas que no le son genuflexas, el desprecio y la persecución de la oposición nicaragüense, la represión contra los ciudadanos cubanos que no comulgan con el gobierno y una larga lista de acontecimientos y coyunturas que tiene al mundo en cuidados intensivos. ¿Podemos ser optimistas frente al 2024?

 

Luis Fernando Nunes: El reciente triunfo y ascenso de Javier Milei en Argentina puede ser un buen augurio, aunque los habitantes de ese hermoso país van a pasar por aquello de “sangre sudor y lágrimas”, antes de alcanzar una estabilidad fiscal, política y social. Estamos hablando de un país con cuatro millones de empleados públicos, diez millones de jubilados con una precaria pensión mensual y centenares de planes sociales que han alimentado un populismo degradante de la condición humana, incluyendo al “empleo militante”, al que ellos mismos han calificados de “ñoquis”, o sea, aquellos miles de personas en diferentes estratos de los gobiernos, que cobran sin trabajar. La oposición –antes oficialismo- ya les ha gritado en la cara, que les harán una guerra sin tregua.

 

HA. ¿Culminará su gobierno Dina Boluarte? ¿Debería adelantar las elecciones a diciembre de este año o quedarse hasta el 2026?

 

LFN. Los analistas políticos también tenemos derecho a tener sentimientos encontrados. Por un lado, pudiéramos estar de acuerdo con un adelanto de elecciones, pero por el otro, la oferta electoral no está aún mostrando alternativas interesantes que nos permitan avizorar cambios frente a la inestabilidad política que nos acecha desde el 2016; tampoco sabemos si ello aparecerá en el 2026, pero conservamos el optimismo a pesar de todo. Este es un gobierno en piloto automático, que ha corregido un poco, la caída en picada del nefasto régimen de Pedro Castillo pero que sigue hablando en verbos a futuro (haremos, lograremos, implementaremos, podremos etc.), cuando ya tiene más de un año en funciones. Recesión económica, corrupción y poca efectividad en combatir la inseguridad ciudadana, son tres de los muchos problemas no resueltos.

 

HA. ¿Qué tiene que suceder en el Perú para evitar la atomización de la política? En las elecciones pasadas se presentaron 23 agrupaciones, ¿tuvimos acaso 23 peruanos capacitados para asumir la presidencia de la república?

 

LFN. Una espantosa falta de cultura y educación ciudadana. La democracia es un “invento humano”, por lo tanto, no podemos comprar dos soles de democracia en la farmacia o en la tienda de la esquina. Es necesario aprenderla y practicarla como una forma de convivencia diaria. Tardamos hasta dos semanas en promedio para elegir el nuevo auto que nos queremos comprar, pero la mayoría decide su voto en la cola o preguntándole al vecino. Si seguimos así, cada peruano querrá formar su propio partido político. Camino a tener ya oficializados hasta treinta partidos, la oferta es precaria y no muestra aún liderazgos atractivos o al menos disruptivos. Lo de Pedro Castillo fue una alerta en rojo, pero parece que no aprendemos las lecciones, pues por ahí anda volando un buitre recién salido de la cárcel y con un discurso incendiario, cosechando simpatías del mal estar de los desposeídos y de otras aves de rapiña. Un coctel explosivo.

 

HA. Veo con preocupación la reunión de dos radicales de izquierda: Belmont y Antauro. Después de Pedro Castillo, ha quedado claro que no se debe subestimar a nadie y que el voto de Lima no es determinante. ¿Hay lugar para un frente liberal?

 

LFN. Un frente liberal es una tarea pendiente en el Perú. Mucha gente no sabe lo que es el liberalismo y los liberales no han sido exitosos en explicar las fortalezas y bondades de esta ideología. Vargas Llosa no logró ser Presidente y ahora la oferta liberal aparece dispersa y aún opaca. Si Milei lo logró en Argentina, tendríamos que ser optimistas, pero la tarea es dura, aunque no imposible.

 

HA. Las izquierdas pretendieron imponerse en las calles con la famosa “Toma de Lima”, pero fracasaron. En el imaginario de la gente ¿Realmente hay un desprestigio de la izquierda popular y de la izquierda oenegetista o caviar?

 

LFN. La gente está cansada de la protesta pues no avizora resultados en el corto plazo. Además, las protestas se han politizado y traen por detrás las consignas del Foro de Sao Paulo o del Grupo de Puebla sobre una nueva Constitución, como si en los países que optaron por esos regímenes, se hubieran resuelto sus problemas más apremiantes. Es evidente el desprestigio de la izquierda, pero reconozco que son muy buenos marqueteros. La ciudadanía tendría que estar más alerta frente a estos intentos populistas y demagógicos, donde también han caído algunos grupos de la ultra derecha social confusa.

 

HA. Milei acaba de demostrar que sí es posible romper con las estructuras hegemónicas que han hecho de América Latina un desierto donde lo único que florece es la pobreza. ¿Tendrá réplicas en otros países de la región?

 

LFN. Milei y Bukele (cada uno con su estilo y prédica) han logrado sí, romper estructuras hegemónicas de poder. Bukele, por atacar una de nuestras peores pesadillas, la inseguridad ciudadana, aunque con prácticas discutibles y Milei por enfrentarse a un peronismo infiltrado de un kirchnerismo que consiguió con su nefasto discurso populista, conquistar a millones de pobres, que terminaron siendo aún más pobres y cada día más dependientes de un estado paquidérmico e ineficiente. Lo de Milei está despertando una mirada a la prédica liberal pero aún no es una plataforma consolidada; falta mucho por hacer.

 

HA. Le preguntaba porque hay un bloque con denuncias y cuestionamientos, pero muy bien aferrado al poder: AMLO, Maduro, Ortega, Petro, Lula, Boric, Arce. ¿Adónde debe apuntar la batalla cultural?

 

LFN. Efectivamente es una batalla cultural. Precisamente Milei ha estado insistentemente hablando de ello en sus dos años de accionar político. Él ha equiparado al kirchnerismo con la “nomenklatura” que en algún momento se vivió en la Unión Soviética o en el proyecto hegemónico de Hitler y en las prácticas de algunos de estos líderes latinoamericanos populistas; crear bloques fidelizados e instrumentalizados con el único objetivo de aferrarse al poder sin cortapisas ni límites constitucionales. Su lema atribuido a Lenin: “salvo el poder, todo es ilusión” sigue siendo prédica constante, por ejemplo, en el Perú en boca de Vladimir Cerrón y sus adláteres. Los Presidentes latinoamericanos que han compartido el discurso del Socialismo del Siglo 21, no han demostrado gestiones exitosas, pero insisto que algunos se han sabido vender muy bien, como AMLO y Lula.

 

HA. ¿Podemos ser optimistas frente a la democracia y sus resultados?

 

LFN. Sí, se puede adoptar una perspectiva optimista frente a la democracia y sus resultados. Aquí hay algunas razones por las cuales algunos mantenemos una visión optimista: 1. La democracia fomenta la participación ciudadana, permite a las personas tener voz en la toma de decisiones y expresar sus opiniones a través del voto. Hay que insistir en que los programas educativos nos enseñen a ser ciudadanos. 2. Los sistemas democráticos suelen estar diseñados para proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos. Estos derechos incluyen la libertad de expresión, la libertad de prensa, el derecho a un juicio justo y otros principios fundamentales que contribuyen al bienestar y la dignidad de las personas. 3. La democracia permite la innovación y la adaptación a medida que la sociedad evoluciona. La capacidad de cambiar y ajustar políticas a través de procesos democráticos puede conducir a soluciones más efectivas para los desafíos en constante cambio. 4. La distribución del poder en una democracia y los mecanismos de rendición de cuentas ayudan a prevenir el abuso de poder. Esta es la prédica liberal: menos Estado, pero mejor Estado. Sin embargo, es importante señalar que la efectividad de la democracia puede variar según la implementación y la calidad de las instituciones en un país específico. Además, la democracia no es perfecta, es una labor de todos los días y enfrenta desafíos, como la polarización, la manipulación y otros problemas ya enunciados y comentados.

 

HA. ¿Qué está leyendo Luis Fernando Nunes?

 

LFN. Cada cierto tiempo, me desconecto de las lecturas académicas ligadas a mi profesión y vuelvo a los clásicos. Este 2024 me encuentra releyendo Cien Años de Soledad, posiblemente porque me encantaría vivir en Macondo, pero sin la peste del insomnio.




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