Joaquín Sabina en Lima: Un último encuentro con el trovador que hizo de la derrota una canción
- Sol Pozzi-Escot
- 18 mar
- 2 Min. de lectura
Ni rey de los suburbios
Ni flor del precipicio
Ni cantante de orquesta
Ni el Dylan español
Canta Joaquín Sabina en Lo Niego Todo, una canción que más que una expresión subjetiva sobre sí mismo, es una declaración sobre la nada y el absurdo que formó a uno de los cantautores más relevantes del siglo XX en la música hispanoablante, cuyo impacto y espíritu siguen vigente hoy, en 2025.

El 17 de marzo fue el concierto de Sabina en Lima, como parte de su gira de despedida Hola y Adiós, su reencuentro con el público peruano y, a la vez, la disección de su persona artística y la humanidad de su verdad.
Sus letras abarcan temas que van desde el amor y el desamor hasta la bohemia, la política y la vida en los márgenes de la sociedad. Sus canciones están impregnadas de un tono irreverente y melancólico, abordando con ironía y poesía las historias de amores imposibles, noches de excesos, la nostalgia por tiempos mejores y la desilusión ante la realidad. También ha cantado sobre la rebeldía, la lucha social, la soledad y la fugacidad de la felicidad, siempre con una narrativa que mezcla lo personal con lo universal. Su obra es un retrato de la vida con todas sus contradicciones, donde la derrota y la esperanza se entrelazan en versos cargados de sensibilidad y picardía.

En su concierto en Lima, el genio español interpretó Rosa de Lima, 19 días y 500 noches, Y sin embargo, Por el Boulevard de los Sueños Rotos, Y nos dieron las diez, Contigo y muchos clásicos más, que, en medio de la oscuridad revitalizante de la Costa Verde -ya que el concierto se realizó en un popular espacio de San Miguel, al costado de la playa- brillaron y conmovieron ante los asistentes.
Su lírica sigue intacta, su pasión es aún única y su devoción es total. Joaquín Sabina demostró por qué Lima es se segundo hogar. Las olas del mar y el público lo refrendaron.
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