La inversión en el sector minero del Perú sufre una caída drástica, amenazando el desarrollo y empleo en el país.
La economía peruana está experimentando una situación crítica en su motor principal. Según el más reciente Boletín Estadístico Minero (BEM) emitido por el Ministerio de Energía y Minas (Minem), la inversión minera acumulada en el primer semestre de este año alcanzó un total de más de 1,895 millones de dólares. Este monto refleja una significativa disminución del 19.2% en comparación con el mismo período del año 2022, cuando la inversión ascendió a 2,346 millones de dólares.
En tan solo el mes de junio, las inversiones en el sector minero alcanzaron la cifra de 378 millones de dólares, lo que representa una reducción del 17.3% en comparación con las inversiones realizadas en el mismo mes del año pasado.
El reporte presentado por el propio Minem a través del BEM revela que prácticamente todas las actividades de inversión están enfrentando dificultades. Por ejemplo, en el ámbito de la planta de beneficio, la inversión acumulada en el primer semestre de 2023 alcanzó los 459 millones de dólares, mostrando un decrecimiento del 21.6% en relación al mismo período del año previo, cuando la inversión fue de 586 millones de dólares. Durante junio solamente se invirtieron 91 millones de dólares, un 9.8% menos en comparación con junio de 2022.
Esta disminución se atribuye en parte a la reducción en la inversión llevada a cabo por empresas como Anglo American Quellaveco, que experimentó una caída del 82.8% en su Unidad Económica Administrativa "Mina Quellaveco"; Compañía Minera Antamina, con una disminución del 31.4% en su Planta de Beneficio "Huincush"; y Hudbay Perú, que redujo su inversión en un 22.9% en su Planta de Beneficio "Constancia".
En lo que respecta a la inversión en Infraestructura, la cifra acumulada durante el período de enero a junio de 2023 llegó a 468 millones de dólares, lo que representa una disminución del 20.1% en comparación con el mismo período del año anterior, cuando la inversión alcanzó los 585 millones de dólares.
Durante el mes de junio, la inversión en Infraestructura apenas llegó a los 89 millones de dólares, presentando una reducción del 24.3% en comparación con el mismo mes de 2022. Esto se debe en parte a la disminución de la inversión realizada por compañías como Anglo American Quellaveco, que redujo su inversión en un 63.8%; Southern Perú, con una caída del 61.9% en su proyecto "Acumulación Toquepala 1" y Planta de Beneficio "Concentradora Toquepala"; y Minsur, con una disminución del 49.3% en su "Nueva Acumulación Quenamari – San Rafael" y Planta de Beneficio "Planta San Rafael".
Finalmente, en la categoría de "Otros", la inversión acumulada en el primer semestre del año apenas alcanzó los 138 millones de dólares, registrando una disminución sustancial del 60.2% en comparación con el mismo período del año anterior, cuando la inversión fue de 346 millones de dólares. Durante junio, se invirtieron 29 millones de dólares, lo que significa una reducción del 32.0% en comparación con junio de 2022.
Esta situación se debe a la menor inversión ejecutada por empresas como Anglo American Quellaveco, que redujo su inversión en un 41.2%; Compañía Minera Antamina S.A., con una caída del 65.6%; Minsur, con una disminución del 36.5%; y Marcobre S.A.C., con una reducción del 26.9%.
Es importante mencionar que la categoría de "Otros" incluye inversiones que no están relacionadas con la construcción de proyectos, pero que son fundamentales para su desarrollo, como la construcción de represas, reasentamiento, intangibles, compra de terrenos, entre otros.
Según Roque Benavides, ex presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep) y líder en el sector minero, esta disminución en la inversión minera se debe a la complejidad de los procedimientos de permisos y las barreras burocráticas en el país. Además, señala que la alta conflictividad social en las zonas relacionadas con proyectos mineros también es un obstáculo significativo.
Benavides enfatiza en la importancia de reducir la burocracia y simplificar los procesos para atraer inversiones, ya que sin inversión privada, el progreso económico se verá comprometido. Insta al Gobierno a liderar estas reformas para fomentar un ambiente más propicio para la inversión.
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