28/11/2021 - ContraPoder (Diario Expreso)
El día jueves 25, por la mañana, los rumores eran altisonantes : era cuestión de tiempo antes de que ingrese al Pleno del Congreso una moción de vacancia contra el presidente de la República Pedro Castillo Terrones. Para que dicho documento entre al Parlamento, se requerían de 26 firmas. La oposición obtuvo 28. Entre los firmantes, figuran nombres como el de Patricia Chirinos, naturalmente, por ser la autora, pero además Rosangela Barbarán, José Cueto, Jorge Montoya, Norma Yarrow, Adriana Tudela, y demás caras conocidas y no tan conocidas de la oposición. ¿Qué caminos se abren ahora? Veamos algunos.

Como bien sabemos, la Constitución Política en su artículo 113 señala que un presidente puede ser vacado a causa de su "permanente incapacidad moral o física declarada por el Congreso”. Para llegar a ello, sin embargo, el camino empieza con la moción que presentó Patricia Chirinos el día 25. Una vez alcanzados los 26 votos, como fue el caso, corresponde a la Presidenta del Congreso, en este caso María del Carmen Alva, dar cuenta sobre la moción y programar una sesión para su debate a admisión. Para ser admitida, la moción de vacancia requeriría de 52 votos, es decir el 40% de los votos del Congreso. De ser admitida en esta instancia, se debe proceder a acordar una fecha y hora para su debate formal. A ese debate puede acudir el presidente, como vimos el año pasado en el caso de Martín Vizcarra, y para declararse la vacancia presidencial se necesitan de 87 votos, es decir dos tercios del número de congresistas. ¿Se alcanzarán esos 52 votos, para poder hacer que este proceso de vacancia no termine en el archivo?
Es difícil de saber, por ahora el bullicio es muy alto. Las fisuras políticas dentro de los mismos partidos de la llamada oposición, sumados al vaivén del llamado oficialismo, nos ponen en una situación en la que todo puede pasar. ¿A qué nos referimos con los vaivenes del oficialismo? Pues que Vladimir Cerrón, en una de sus semanas más inspiradas para los tweets, ha dado a entender que podría llamar a su facción en el Legislativo a apoyar la moción de vacancia. El 23 de noviembre, el histriónico líder de Perú Libre escribió : “Cuando uno está en política y pierde la fe en su propia militancia, se obliga a buscar fuerzas en los mercenarios que se acercan”. Estas poéticas meditaciones del Dr. Cerrón fueron aterrizadas por su avatar en el Congreso, su hermano Waldemar Cerrón, vocero de la bancada del lapicito, quien declaró que "Perú Libre sigue evaluando apoyar la vacancia presidencial”. Vladimir Cerrón, desde entonces, se dedicó a dividir a la izquierda. Arremetió, por ejemplo, contra la Premier Vásquez, acusándola de contratar caviares y amigos, en referencia al nombramiento de Pablo Sánchez de Francesch como Viceministro de Gobernanza Territorial.
En medio de la aparente implosión de la izquierda, voces apoyaban al presidente Castillo.
La popular “Chabelita”, legisladora de Juntos Por el Perú, siguiendo su guion al pie de la letra, acusó a la oposición de golpista y dijo que, si se acepta la moción en el Pleno, saldrán todos a la calle. Verónika Mendoza, quien de pronto recibió una recarga de datos en su teléfono, se manifestó en Twitter también en contra del llamado golpismo.
Mientras unos retan, los otros insultan, y los de allá responden, lo cierto es que muy poco probable que este proceso de vacancia llegue a buen puerto. Primero, porque no refleja la voluntad popular. En eso hay que ser claros y realistas. Por más desastroso que sea este gobierno, la calle ciertamente no pide vacancia. Algunos sectores, sí, pero decir que es un sentimiento generalizado sería una falacia.
Por otro lado, y este punto es consecuencia del anterior, en el Legislativo los aires están demasiado divididos como para poder alcanzar un consenso, que sí se alcanzó, y de manera espectacular, cuando el Congreso del año pasado vacó a Vizcarra. Recordemos que lo vacaron con 105 votos, cuando se necesitan 87. Lástima que ese consenso no se reflejara en las calles. Sin embargo, si queremos seguir recordando nuestro pasado cercano, sale a relucir otra verdad : ni a PPK ni a Vizcarra los sacaron del cargo al primer intento. Veamos, entonces, qué pasará en el segundo.
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